Chapter 31: 31) Progresando en el Pasado (2.4)
Riuz estaba sentado en una de las mesas del comedor en la sala de Henry, observando cómo su hijo se acercaba con dos vasos de leche. Henry le ofreció uno con una leve sonrisa.
Henry: "Perdona, no tengo nada de alcohol o algo mejor," —dijo con cierta vergüenza… y no solo por estar vestido y maquillado abiertamente frente a su padre.
Riuz: "Por mí está bien. En realidad, no me gusta el alcohol tanto como los demás creen," —respondió mientras aceptaba el vaso de leche y le daba un sorbo.
Henry: "¿Pero siempre te veo…?" —preguntó, confundido, mientras se sentaba también.
Riuz: "Es más que nada ceremonial. Digamos que lo uso para pensar, aunque el efecto que causa no necesariamente ayuda. Aparte de en algún evento donde los demás estén bebiendo, ¿me has visto tomar alcohol cuando no estoy estresado?" —preguntó mientras se lamía los labios, limpiando los restos de leche que quedaban. Este gesto hizo que Henry se sonrojara un poco, observándolo detenidamente.
Henry: "No… creo que no," —dijo pensativo.
Riuz: "Creo que tu disgusto por el alcohol viene de mí, porque a tu madre, aunque no lo bebe con regularidad, le gusta en las fiestas. Una vez, cuando tenías como cuatro años, la llevé a una fiesta y… wow, nadie creería lo mucho que puede beber una oveja de su tamaño. Me fui solo por unos minutos, y cuando volví ya había una multitud viéndola beber. Fue su primera gran borrachera… y su primera gran resaca al día siguiente," —comentó mirando a la nada, nostálgico.
Henry: "No es fácil de creer… pero puedo imaginarlo," —dijo, soltando una pequeña risa.
Riuz: "Aunque debo decir que apoyo tu decisión de no beber alcohol… hace cosas muy malas a la gente. No olvides cómo tus hermanas me emborracharon para…" —suspiró sin terminar la frase.
Henry: "Si no fuera así, supongo que seríamos una familia normal," —respondió con cierto pesar, aunque había en su tono una sensación opuesta, más cálida.
Riuz: "No sé… la verdad, la relación que tengo con mis hijas… quizás sea el destino. Aunque aún me duele la distancia que tomó Bianca de nosotros… igual que algunos de tus hermanos y hermanas," —dijo, bebiendo otro trago de leche.
Henry: "¿Por qué lo dices?" —preguntó, confundido.— "¿Tú ya tenías sentimientos por…?"
Riuz: "¿No hablo mucho de mi tiempo antes de llegar a Zoópolis, verdad?" —preguntó retóricamente.
Henry: "No, y cuando lo haces, sueles ser muy vago o das pocos detalles."
Riuz: "Bueno, creo que te lo puedo decir. Pero no me gustaría que lo divulgues, ni siquiera a tus hermanas. El tipo de relación que yo tengo con mis hijas… es el mismo tipo de relación que mis madres tenían conmigo."
Henry: "Oh…" —expresó con sorpresa, procesando las palabras de su padre. Sus pensamientos se arremolinaron, y por un momento pareció visualizar algo que cambiaba la imagen que tenía de Riuz. 'No era más que otra víctima de un ciclo que se repite… En realidad, no es…'
Riuz: "No, no, sí soy un degenerado," —interrumpió Riuz, como si hubiera leído su mente.— "No creas que no lo disfruté en su momento. Estoy completamente de acuerdo con ello. Aunque lo de tus hermanas… eso sí es algo con lo que siento cierta culpa. Aunque, año tras año, esa culpa se reduce, y quizás algún día desaparezca por completo y termine tomándolo como algo correcto."
Henry: "¿Lees la mente?" —preguntó con cautela.
Riuz: "No, pero estaba escrito en tu cara lo que estabas pensando. Creo que todo ese maquillaje solo hace que seas más fácil de leer," —dijo riendo, burlándose suavemente de su hijo, quien se sintió levemente ofendido.
Tras esas palabras, hubo un silencio entre ambos. Intercambiaron miradas, luego observaron sus vasos de leche y, finalmente, la decoración del lugar. Henry estaba nervioso. Aunque esta charla había relajado un poco la tensión inicial, sabía que el momento decisivo aún estaba por llegar.
Riuz: "Entonces... ¿todo lo del travestismo es algo sexual o tiene otras razones?" —preguntó sin rodeos, carente de sutileza.
Henry no respondió de inmediato. Bajó la mirada y, tras unos segundos de silencio, comenzó a llorar desconsoladamente, cubriendo su rostro con las patas.
Riuz: "¿Qué pasa?" —exclamó casi saltando de su silla, consternado por la reacción de su hijo.— "¿Pensé que ya estábamos tranquilos? Estás más sensible que Kassie cuando estuvo embarazada… bueno, no tanto, pero…"
Henry: "No… *sniff* no se supone que lo descubrieras…" —murmuró entre lágrimas, escondiendo aún más su rostro.
Riuz: "¡Henry Black!" —llamó a su hijo con un tono autoritario que hizo que este se estremeciera.— "Deja de llorar en este instante y empieza a hablar…" —Su voz cambió repentinamente, tornándose más suave y cansada.— "¿Por qué lloras? ¿Por qué no debería saberlo? Sí, lo admito, es todo un shock para mí, pero… ¿doy tanto miedo como para que me ocultes esta parte de tu vida? Además, ya vi todo, todo. Y digo todo. Que te rasuraras la lana del trasero en forma de corazón… bueno, no me lo esperaba, aunque no negaré que hice cosas parecidas con tu madre cuando era joven. De hecho, creo que hay algo nuevo que probar."
Henry: "Eso es retorcido, papá…" —lloriqueó Henry con una voz andrógina que nunca había usado frente a su padre y que hoy se revelaba.
Riuz: "Dime, ¿por qué te cuesta tanto decírmelo?" —preguntó con un dejo de pesar, incapaz de comprender la reticencia de su hijo. Riuz siempre había creído que tenía la mejor relación con Henry entre todos sus hijos varones.
Henry: "Nunca lo aceptaste… siempre lo negaste. ¿Cómo quieres que te diga que todo lo que muestro a los demás es solo una fachada?" —replicó, aunque su tono carecía de la furia que Riuz había esperado.
Riuz: "¿No te dije varias veces que te aceptaría como fueras?"
Henry: "Eso dices, pero no es verdad…" —continuó llorando, evitando mirar a su padre.
Riuz: "¿Cómo que no?"
Henry: "Por ejemplo… cuando les dices a todos que soy 'un poco femenino'…"
Riuz: "¿Es por eso? Está bien, fue mi culpa. No lo volveré a mencionar. Pensé que no te molestaba; incluso te escuché decirlo alguna vez. Lo siento, hijo. No eres femenino," —dijo con un tono sincero, intentando disculparse.
Henry: "Eres un imbécil," —insultó entre lágrimas, ahora mucho mas enojado.
Riuz: "¿No querías una disculpa? Estoy tratando de hacerlo bien, ¡por Dios! Dime qué quieres que diga," —respondió, ahora también perdiendo la paciencia.
Henry: "¡Que me aceptes como soy!" —sollozó Henry, con la voz entrecortada.— "Yo no soy 'un poco femenino'. Soy muy femenino, ¡y todos lo aceptaron menos tú!"
Riuz: "Espera… ¿qué?" —respondió Riuz, completamente confundido.
Henry: "Soy mucho más femenino que varias de tus hijas y esposas, pero tú sigues diciendo que soy solo 'un poco femenino'. ¿Tanto te cuesta aceptar cómo me veo... cómo soy? Intento agravar mi voz y vestir de manera masculina para que la gente no hable a tus espaldas sobre mí… pero incluso ahora, cuando intentas parecer comprensivo, sigues sin aceptarlo. Después de verme así… ¿qué más tengo que hacer?"
Riuz: "Henry... espera… ¿me estás diciendo que eres…? O sea… ¿qué tan femenino eres?"
Henry: "Mucho. Hace tiempo dejé de ser un chico afeminado y pasé a tener prácticamente la apariencia de una mujer si no me esfuerzo por aparentar lo contrario. Te lo mostré en mi cumpleaños: no usé ropa claramente masculina, aunque tampoco llegué a ponerme un vestido. Aun así, me alegré de que me trataras con normalidad, cuando todos los demás no podían dejar de mirarme…"
Riuz: "¿Ese cumpleaños donde tu hermana se desmayó después de atragantarse con una de las decoraciones?" preguntó, haciendo memoria mientras empezaba a atar cabos.
Henry: "¡Sí! Pero luego me enteré de que no era porque me hubieras aceptado… Cuando les pediste a mis hermanas que dejaran de burlarse de mí llamándome afeminado, pensé que te habías puesto de mi lado, pero no… Se me rompió el corazón al saber que para ti yo seguía siendo 'un poco femenino'. Soñé con que solo hubiera sido un desliz, pero incluso frente a otras personas lo seguías diciendo. Por eso, cuando me di cuenta de que no lo aceptarías, empecé a ocultar quién soy, usando ropa más masculina…" Henry comenzó a llorar, liberando una carga que había llevado en su corazón durante años.
Riuz: "Henry… siento tener que decirte esto, pero… eres un idiota… y yo también."
Henry: "Hmm…" gimió, dolido por las palabras de su padre.
Riuz: "Nunca acepté que fueras… tan femenino porque nunca me di cuenta."
Henry: "¿En serio me estás diciendo esto…?" baló, ofendido y confundido.
Riuz: "Te lo digo en serio. Puede que suene algo racista, pero… me cuesta distinguir muchas cosas de los animales que me rodean. Incluso después de décadas viviendo entre ellos, tengo problemas con eso. Tu madre podría ser la oveja más fea del mundo, y yo no me daría cuenta."
Henry: "¿Qué…?" preguntó, desconcertado.
Riuz: "Te hablo en serio. Perdón por no darme cuenta del daño que te estaba haciendo, pero… es que de verdad no noté una gran diferencia. A veces, si no es por la voz, no puedo distinguir si alguien es hombre o mujer, dependiendo de la especie. Ni te imaginas los problemas que me ha traído eso. ¿Has notado que siempre llevo a una de tus madres conmigo a las fiestas o reuniones con mucha gente?"
Henry: "¿Sí?"
Riuz: "Es para que me ayuden. Las tengo a mi lado para preguntarles sobre las personas a mi alrededor y evitar ofender a media población. Y no solo me pasa con extraños, hijo, también con ustedes. Por ejemplo, siempre les digo a mis hijas lo hermosas que se ponen año tras año porque sé que es lo que un padre debe decir. Pero la verdad es que no tengo idea de si realmente se ven más bonitas. Como padre, claro que las veo hermosas, pero no puedo notar todos los detalles que otros sí perciben. Hay cosas que para mí son indiferentes pero que para los demás son destacables, y viceversa. Lo mismo pasa contigo. No entendí cuán femenino eras porque… simplemente no lo noté."
Henry: "¿En serio?" preguntó, temblando mientras miraba a su padre con una mezcla de asombro y duda. "¿Tienes esa enfermedad que no te deja distinguir los rostros o algo así?"
Riuz: "No exactamente… pero de donde vengo, donde crecí, la estética era muy diferente. He cambiado con el tiempo desde que estoy aquí, pero aun así… sigo teniendo ciertos problemas."
Henry: "¿Pero me estás diciendo que ni siquiera yo, tu propio hijo…? ¿No pudiste notar mis cambios?" preguntó con voz temblorosa, luchando por procesar lo que escuchaba. El dolor en sus palabras era evidente, reflejando años de incomprensión.
Riuz: "De hecho… creo que precisamente porque eres mi hijo es que no me di cuenta."
Henry: "¿Cómo es eso posible?"
Riuz: "Verás, te conozco desde que naciste. Te vi en los brazos de tu madre desde el momento en que llegaste al mundo, y desde ese día siempre te he mirado con amor. Te vi crecer, año tras año. Noté algunos cambios en tu cuerpo, claro, pero sucedieron tan gradualmente que no fui consciente de lo significativos que eran. Sabía que eras más femenino que los demás, pero nunca pensé que fuera tanto. Ahora que lo pienso… tus madres y hermanas lo mencionaron varias veces, pero siempre las callé porque creí que eran comentarios crueles, influenciados por las ideologías de esta época."
Henry: "Entonces…"
Riuz: "Ahora veo que quizás debí haberlas escuchado y reflexionado en lugar de enojarme con ellas. Aunque, sinceramente, prefiero equivocarme protegiéndote de comentarios hirientes a que pases una infancia llena de agravios." Riuz pasó su mano suavemente por la cabeza de Henry, un gesto cargado de ternura.
Henry: "¿Entonces nunca…?" Henry lo miró con un brillo de esperanza mezclado con cautela. "Dime que no me estás mintiendo… Por favor, papá… no podría soportarlo."
Riuz: "Te lo juro por mi pene… y sabes cuánto lo aprecio."
Henry: "¡Papá!" exclamó, entre la risa nerviosa y el rubor.
Riuz: "Hablo en serio, Henry. Nunca te juzgaría por tu cuerpo. Sí podría hacerlo por tus acciones, pero como ya te dije, eres mi hijo favorito porque tus acciones me lo han demostrado una y otra vez."
Sin poder contenerse más, Henry se lanzó sobre su padre, abrazándolo con fuerza y dejando salir todo el dolor acumulado durante años. Lloró como cuando era un niño, dejando que las emociones que había guardado durante tanto tiempo finalmente lo envolvieran. Riuz respondió con un abrazo cálido, acariciándole y dándole palabras de consuelo. Mientras lo hacía, no podía evitar preguntarse cuánto había sufrido su hijo en silencio… y cuántos otros daños pudo haber causado sin darse cuenta debido a su falta de percepción.
Henry: "Estuve enojado contigo durante tanto tiempo… Perdón, papá…" sollozó, con la fragilidad evidente en su voz. "Pensé que odiabas cómo me veía… Cambié solo para no avergonzarte y…" Henry lloraba desconsoladamente, aún temiendo que todo fuera un acto y que sus peores miedos fueran ciertos. Pero al mismo tiempo, trataba de aferrarse a la posibilidad de que no fuera así.
Riuz: "Está bien, hijo. Fue mi error no haber prestado más atención, no haberte apoyado más. Siempre supe que eras diferente, más sensible…" comentó, con un ligero toque de sarcasmo mientras miraba la escena. "Pero no sabía cuánto… Perdón por mi descuido."
Henry lloró durante un largo rato en los brazos de su padre, quien se aseguró de brindarle el calor y la protección que siempre le había dado cuando era pequeño y apenas le llegaba a la cintura. Lo consoló hasta que el llanto cesó y Henry, más tranquilo, comenzó a recuperar la compostura.
Riuz: "Henry… Puede que no lo haya notado antes, pero ahora que estamos aquí… ¿qué tan femenino eres para que las cosas llegaran a este punto?" Preguntó con cautela. Aunque había ignorado los comentarios de otros sobre su hijo por su desconocimiento, si Henry era tan diferente como afirmaba, tenía que entenderlo por completo.
Henry, con los ojos enrojecidos y un claro sonrojo en el rostro, se secó las lágrimas. Había liberado gran parte del peso que cargaba y se sentía más ligero. Aunque dudó por un momento, tomó una decisión arriesgada a su parecer. Con firmeza, tomó la mano de su padre y la colocó sobre su pecho.
Riuz se mostró sorprendido y algo confundido al principio, pero luego, al tocar a través de la ropa, sintió algo… ¿esponjoso? Apretó un par de veces con incredulidad, asegurándose de que no era su imaginación. Fue entonces cuando escuchó un leve gemido entrecortado, acompañado del característico balido de una oveja. Lo que estaba tocando no era el pecho plano de un hombre, ni el busto completo de una mujer, pero claramente se encontraba en un punto intermedio… como el de una mujer con un pecho muy pequeño.
Riuz: "Madre santa… Henry…" murmuró, aún en estado de shock, mientras observaba cómo su hijo escondía su rostro, avergonzado.