Salvador de heroínas perdedoras: Ayanokouji Kiyotaka x Makeine

Chapter 11: Capítulo 9: Conociendo al club



Después de que terminaran las clases, me dirigí al salón del club de literatura. Estaba en un rincón apartado del edificio, lo que me daba la sensación de que era un buen lugar para pasar el rato en paz.

Aún no estaba completamente decidido sobre unirme a algún club. En mi mente, era bastante probable que este en particular no consiguiera suficientes miembros para evitar ser cerrado. La conversación con Komari me había dejado claro que, a pesar de sus temores, ella parecía disfrutar del club al acercarse a mí y enfrentando sus propios miedos. Sin embargo, a pesar de esos sentimientos encontrados, decidí intentar abrir la puerta del club… pero estaba cerrada.

Toqué suavemente el picaporte, como si al hacerlo pudiera lograr que la puerta se abriera por sí sola. Sin embargo, no hubo respuesta. Miré alrededor, buscando alguna señal de que alguien estuviera cerca. La sala estaba tan silenciosa que era casi como si el tiempo se hubiera detenido en ese rincón olvidado del edificio. 

De repente, escuché pasos que se acercaban. Me giré rápidamente y vi a Komari caminando en mi dirección.

Al llegar hacía mi me mostró la pantalla de su teléfono, el cual decía lo siguiente:

— Muévete, estoy abriendo la puerta —

''¿Acaso eres el único miembro del club?'' pregunté mientras dentro de mi pensaba un poco en la situación. No podía evitar preguntarme si realmente el club estaba reducido a una sola persona. hasta el momento ella había sido el único miembro con el que me había encontrado, por lo que no podía descartar esa opción.

Ella sin prestarme demasiada atención, sacó una llave del bolsillo de su chaqueta y, con un movimiento sencillo abrió la puerta. Entró sin decir palabra y, casi como si fuera un reflejo, me hizo una seña para que la siguiera.

Una vez dentro, el ambiente del club era bastante distinto al del resto de la escuela. Las paredes de un blanco algo apagado estaban adornadas con estanterías llenas de libros, algunos apilados con desorden, otros cuidadosamente organizados. Había un par de mesas y sillas dispuestas de manera casual, como si estuvieran esperando a que alguien se sentara a leer o a escribir. El aire tenía ese olor característico de papel viejo, cosa con la que estaba muy familiarizado.

Komari cerró la puerta tras de sí con una suave presión en el pomo y se acercó a una mesa en el centro de la sala. Mientras lo hacía, no me dirigió ni una sola mirada. Ella parecía centrada en su novela. Ante esta situación dejé escapar un suspiro, no sabía qué hacer ni qué esperar de todo esto.

Sin nada que hacer me senté en un asiento que estaba a una distancia respetuosa, ni demasiado lejos, ni tampoco demasiado cerca.

Viendo un poco el catalogo que había en las estanterías me encontré con varios libros que ya había leído el pasado, aunque habían algunos otros que no recuerdo haber escuchado de ellos, aparte de haber una considerable cantidad de novelas ligeras.

Levantándome brevemente me dirigí a una estantería, donde me encontré con el nombre de un autor interesante, siendo este Osamu Dazai.

Osamu Dazai… su estilo de escritura. Es difícil describirlo sin pensar en la palabra desgarrador. Cada frase, cada palabra, parece estar cargada de una sensación de vacío, como si todo lo que escribiera fuera una extensión de su propia desilusión. En sus textos, no hay adornos, no hay complicación innecesaria. Va directo al punto, pero lo que dice nunca es simple. Es como si pudiera leer la angustia de sus personajes con una claridad brutal.

Lo interesante es que, aunque su estilo es aparentemente sencillo, cada palabra está calculada. Cada línea tiene un peso que se siente, como si el escritor hubiera medido cuidadosamente hasta dónde quería llegar. En sus libros, los personajes son profundamente introspectivos, pero sus pensamientos son también muy fragmentados. A veces es casi como si las ideas fluyeran sin ningún tipo de filtro, de manera desorganizada, porque lo que Dazai quiere transmitir no es un pensamiento lógico, sino una sensación.

Tal vez lo más triste de todo es que su vida terminó de manera trágica, como muchos de sus personajes. A pesar de que tocó tantas almas con su escritura, él nunca encontró lo que buscaba. En 1948, se suicidó a los 39 años.

Al tomarlo decidí darle un rápido vistazo. Hacía tiempo que no leía ninguna obra de Dazai, y pensaba que sería un buen momento para recordar su estilo, pero al pasar las páginas me encontré con... contenido que obviamente no pertenecía a Dazai.

Komari, que al parecer se había dado cuenta de que había tomado el libro, corrió hacia mí a toda prisa, casi tropezando con sus propios pies, y me quitó el libro de las manos con una expresión de pánico.

''¡L-los chicos no pueden l-leer esto!'' dijo mientras su rostro comenzaba a palidecer.

''No sabía que el club de literatura tratara este 'tipo' de contenido, pero supongo que es comprensible, ya que aún son jóvenes'' dije en tono de broma, mientras observaba cómo se desmoronaba su compostura.

''T-te equivocas'' su rostro parecía estar a punto de volverse un tomate, supongo que por el momento debería de parar.

Es curioso cómo el rostro de una chica tan linda como Komari puede cambiar tan drásticamente en cuestión de segundos. Esa mezcla de vergüenza y confusión la hacía incluso más adorable.

''Oh, ustedes dos ya son tan cercanos'' Antes de que pudiera seguir disfrutando de la escena, una voz desconocida detuvo nuestra entretenida conversación, que maleducada. 

Miré en la dirección de la voz y allí estaba una chica que... bueno, no era precisamente atractiva. Siendo sincero, debía de admitir que era bastante fea. Era una chica con gafas y cabello atado en dos moños.

Rápidamente Komari huyó en su dirección, y casi como si fuera su propio escudo de carne, se colocó detrás suyo.

''Hiya, parece que estaba equivocada'' dijo mientras acariciaba la cabeza de Komari mientras me daba una sonrisa.

''Ayanokouji-kun, ¿cierto? Ha pasado un largo tiempo'' ahora que lo recuerdo... me había encontrado anteriormente con ella. Supongo que su apariencia tan común me hizo olvidarla automáticamente.

''Correcto'' dije afirmando que era la persona que buscaban.

''Es bueno que hayas venido. ¿Todavía recuerdas?, soy la Vice-Presidenta del club de tercer año, Koto Tsukinoki''

''Claro que recuerdo, Tsukinoki-senpai. Es un gusto'' no tenía ni idea de quien era.

Viendo lo que tenía Komari en la mano, Tsukinoki enfocó su mirada en mi por un breve segundo.

''Ah, olvidé decir esto. Los chicos no pueden mirar los libros de Dazai y de Mishima en el estante''

'No tenías porque decírmelo, igualmente no volvería a tocar los libros de Dazai, aunque agradezco la advertencia de Mishima'

''La verdadera pregunta es: ¿Esos libros son realmente escritos por Yukio Mishima y Osamu Dazai'' si eso fuera verdad, mi percepción de sus libros sería gravemente alterada.

Después de decir eso. las gafas de Tsukinoki brillaron de manera extraña.

''... Dazai es al frente. Ozamu Dazai y Yukio Mishima. No los intercambies, es importante''

'Entonces no fueron escritos por ellos, gracias por la aclaración, pervertida'

Simplemente me limité a asentir, no es que me fuera a meter en sus juegos.

Después de que aceptara fácilmente su petición, nuevamente volvió a su estado de ánimo 'normal'

''Estoy feliz de que entiendas. Bueno, primero siéntate, nos prepararé té''

Estando cansado de toda esta situación me senté, ojalá pudiera compartir mi sufrimiento con esa glotona de Yanami Anna, tal vez la debería de invitar algún día.

Cuando pensé que finalmente podría relajarme, un leve golpe en mi hombro me sacó de ese lejano sueño. Al girar mi cuello en la dirección de mi agresor, me encontré con Komari que me intentaba mostrar la pantalla de su teléfono.

— Ella definitivamente está equivocada. Mishima es adelante y Dazai atrás — si no supiera lo pervertida que era, definitivamente habría pensado que era linda.

''Lo que tu digas'' dije con un tono cansado.

Después de un rato en el que el silencio reinó en la habitación, Tsukinoki volvió para darme mi taza de té.

''Entonces... ¿Qué lees usualmente, Ayanokouji-kun?''

''No lo sé... Cristie, ¿tal vez?'' La verdad no tenía una respuesta precisa, ya que hacía tiempo que no encontraba un libro que captara mi interés. 

Ahora mi tiempo de lectura lo dedicaba al entrenamiento físico al no tener nada que leer, además de que tampoco quería perder mi estado físico.

''Ya veo... tenemos varios libros aquí, así que puedes tomarlos prestados si quieres'' Por lo menos hay un beneficio, y es que no tendré que gastar dinero en libros desde ahora.

''Está bien. ¿Hay otros miembros que tenga que conocer?'' realmente no tenía tiempo suficiente para conocer a cada persona que perteneciera a este club, por lo que hubiera preferido que todos estuvieran presentes para no perder el tiempo.

''Primera que nada está el presidente. Es un estudiante de tercer año que te explicó las cosas en abril'' Si... definitivamente no tenía idea de quien me hablaba.

''¿Y quien mas?''

''Eso es todo'' Luego de tanto tiempo una buena noticia... ¿Es esto la felicidad?.

''Nuestro club recibió una amonestación por parte del consejo estudiantil. Así que deberías de refrescarte en el Club de Literatura por un rato. El té es gratis'' por lo menos podía tomar té gratis, las cosas parecen no ser tan malas.

De la nada, Tsukinoki se preparó para irse rápidamente.

''Bueno, me voy yendo. Komari, explícale como son las cosas en el club por favor''

''¿¡Eh!?'' parecía que no estaba del todo conforme con la situación.

''Ese Shintaro olvidó que está en deber hoy y se quedó atrapado en el salón de clases. Tengo que ayudarlo''

Al parecer ese Shintaro era el nombre del presidente, y también su novio, aunque no debería de sacar conclusiones precipitadas.

Antes de irse, se volvió en mi dirección con una expresión oscura.

''¡No lo olvides!, absolutamente no debes tocar los libros de Dazai y Mashima. Es importante, así que no lo repetiré dos veces''

Cuando finalmente se largó, finalmente pude dar un suspiro expresando lo pesado que era interactuar con otros seres humanos.

Sin siquiera prestarle atención a mi 'pobre' condición, Komari comenzó a sacudir su teléfono enfrente mío.

— ¡Mishima es adelante y Dazai detrás! ¡No lo olvides! —

Definitivamente estoy rodeado de locos.

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