Chapter 13: RANGOS
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—¡Cale, despierta! ¡Vas a llegar tarde! —gritó Ameri desde la puerta de mi habitación.
Al despertar, veo el techo de mi cuarto. Mi cuerpo no quiere dejar la cama. Lo único que agradezco es no tener que escuchar esas alarmas horribles al empezar el día.
Me levanto y me pongo mis pantuflas de hamburguesa. Tomo a Kira y lo llevo arrastrando al baño. Después de terminar, me visto rápidamente y bajo a desayunar. Miro el reloj y noto que ya voy tarde.
Mientras vuelo hacia la escuela, recuerdo que hoy van a publicar la tabla con las nuevas clases. Al llegar, me dirijo al tablón de anuncios.
—Wow, Sullivan, sí que te luciste con el diseño llamativo.
Mierda, no recuerdo cómo llegar al salón. ¿Y si le pido ayuda a Dios? Quizás una guía divina o algo así…
No creo que me caiga un castigo divino... ¿o sí?
—Señor, muéstrale el camino a este cordero perdido —digo, juntando las manos en señal de adoración, manteniendo los ojos cerrados y esperando una respuesta celestial.
…¿Nada?
Abro los ojos y veo una flecha hecha de luz guiándome.
—Jejeje, amén.
Siguiendo la flecha por gran parte de la escuela, llego a una cueva con escaleras que descienden. Al bajar, un olor a basura comienza a inundar mi nariz.
—¡Tch! Qué desagradable.
La flecha me lleva hasta una puerta de madera podrida. ¿Este es el lugar? Se ve decepcionante.
Entro con Kira en mis brazos y, de repente, una lluvia de armas viene hacia nosotros. Desvío la mayoría con una patada. Debo admitir que esos entrenamientos físicos con Opera valieron la pena. Una lanza roza la mejilla de Kira, quien comienza a llorar. Acto seguido, suelta una descarga eléctrica que electrocuta a todos en el salón.
—¡¿Qué está pasando aquí?! —entra Kalego gritando.
Kira, al verlo, se refugia en mi cuerpo, dejando a todos aturdidos.
—¡Cale, mira lo que le hiciste a Don Iruma! —reclama Alice, furioso.
—Cálmate, Alice, no fue culpa de Cale. Fue un ataque sorpresa, y sabes que siempre está con Kira. Lo asustaron —intentó calmarlo Iruma.
—¡Mira, Iruma, tengo un afro! —dice Clara, señalándose el cabello.
—¡SILENCIO! —grita Kalego.
—Me asignaron a esta clase por los problemas que me causaron. Ahora pasaré lista.
Comienza a nombrar:
- Agares Picero
- Asmodeus Alice
- Allocer Schneider
- Andro M. Jazz
- X Elizabetta
- Valac Clara
- Ciam Camui
- Garp Goemon
- Crocell Keroli
- Shax Lead
- Sabro Sabnock
- Purson Soi
- Cale Azazel
- Iruma
—Ahora salgan de aquí, idiotas problemáticos.
Kalego anuncia la actividad:
—Determinaremos sus rangos. La primera lección será una carrera a la bandera. La invocación y la carrera definirán sus rangos. Deben alcanzar la bandera en el peñasco más allá del valle.
Decido tomármelo en serio. Si obtengo un buen rango, me ahorraré algunas pruebas y tendré más libertad para mis asuntos.
Todos despliegan sus alas, listos para partir.
—¿Listos? ¡Ya!
Canalizo los rayos de Kira hacia mis pies y me impulso hacia adelante, alcanzando una velocidad increíble. Aprovecho los picos altos para planear y evito las plantas carnívoras, mientras que las enredaderas se incineran por el calor.
No sé cuánto tiempo estuve volando, pero llego primero a la meta. Kalego me hace una señal de aprobación.
Al rato, veo a Alice con Clara en su espalda llegar, seguidos por los demás. El sol comienza a ponerse, pero dos estudiantes aún no llegan. Veo a Kalego borrar sus nombres de la lista.
—¡SILENCIO! Terminó la lección. Como pueden ver, quienes no regresan son abandonados.
De repente, una ráfaga de viento llama la atención.
—Ese... ¡es el guardián del valle asesino!
Sobre su lomo, aparecen Iruma y Sabnock. El guardián los deja en la meta y se marcha.
Kalego, molesto, los obliga a reflexionar mientras anuncia los rangos.
—Este es un búho de rangos. Ha observado cada uno de sus movimientos. Metan la mano en su marsupio para recibir su medalla.
Los estudiantes hacen fila. Alice saca un Dalet (4). Doy un paso adelante, meto mi mano y saco otro Dalet.
—Tratándose de ustedes dos, no me sorprende —dice Kalego, anotando en su lista.
—¡La nobleza sí que es increíble! —dice Lead.
—Los más guapos también son los más asombrosos —añade Elizabetta.
La mayoría obtiene rangos 1 o 2. Clara, para variar, saca un Gimmel (3). Suerte, supongo.
Finalmente, es el turno de Iruma.
—Por fin le toca a Iruma —dice Clara emocionada.
Iruma mete la mano en el bolsillo del búho. De repente, el ave comienza a piar.
—¡¿EHH, PIO?! —grita Kalego.
El búho sale volando y, en la mano de Iruma, aparece un anillo.
—¡Ese podría ser el Anillo de Salomón! —exclama Sabnock.
Se desata un caos mientras la llama negra del anillo comienza a causar estragos. Kalego intenta solucionarlo, pero Sullivan aparece y controla la situación.
Al final, Iruma no puede quitarse el anillo y es asignado al rango más bajo: Alef (1).
Así concluye nuestra primera lección. ¿Qué nuevas sorpresas nos esperan?
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