Spiritist in Mairimashita! Iruma-kun

 Salto en el Tiempo

Cale había crecido rápidamente en estos años, alcanzando una altura impresionante de **1,88 metros**, aunque todavía un poco más bajo que su hermana. Su rostro, que antes tenía un aire infantil, había madurado, volviéndose afilado y atractivo. Las mejillas redondeadas de su niñez habían desaparecido, y su cabello, ahora más largo, le caía hasta los hombros.

**Su rutina había sido agotadora.** Completó su educación bajo la tutela de profesores privados especializados en cada materia. Aunque al principio le resultaron complejas las materias más extrañas para su antigua mentalidad humana, con el tiempo logró dominar todo con excelencia, obteniendo calificaciones sobresalientes en cada evaluación.

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#### Visitas a Berry

Las visitas a la mansión de **Berry** siempre lo sorprendían. La propiedad estaba situada en lo alto de montañas con rocas afiladas, pintada completamente de negro y decorada con luces estratégicas que le daban un aire teatral. Al llegar, Berry lo recibía junto a su abuelo. Apenas lo saludaban, lo tomaban del brazo y lo llevaban a una habitación que imitaba la estética de un **casino**. 

—Bienvenido al paraíso del juego, Cale —le decía Berry con una sonrisa traviesa.

Le enseñaron a jugar **póker, ruleta, blackjack y baccarat**. Al principio, Cale perdía sin remedio. Sin embargo, cuanto más jugaba, más se encendía en él una chispa competitiva y ambiciosa. Aunque las apuestas eran ficticias (por suerte para su bolsillo), su espíritu codicioso despertaba con fuerza. Después de varios intentos, logró ganar **una de cada tres partidas** contra aquellos expertos en juegos de azar.

A pesar de su amistad con Berry, Cale notó las diferencias entre sus formas de pensar. Berry creía en un **mundo sin reglas**, donde los más fuertes dominaban y la sociedad era un caos puro. Sin embargo, Cale nunca intentó cambiar la mentalidad de su amigo. 

—Cada uno tiene derecho a creer en lo que quiera —reflexionaba Cale—. Imponerle mis ideas sería inútil. 

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#### Encuentros con Alice 

Las visitas a **Alice** solían ser más calmadas. Las conversaciones eran educadas, aunque un poco monótonas para Cale. Sin embargo, siempre disfrutaba **burlarse de Alice** en compañía de su espíritu, **Kira**. Entre bromas y travesuras, colocaban pequeñas sorpresas en la comida o en la silla de Alice, causando molestias sin malicia.

Durante esas visitas, Cale solía jugar con las **hermanas menores (o primas) de Alice**; nunca tuvo claro el parentesco, pero eran tan parecidas que asumió que eran sus hermanas. Las niñas adoraban a Kira, lo abrazaban y cepillaban su pelaje constantemente, para su desesperación.

—¡No me vestiré de princesa otra vez! —protestaba Kira, mientras intentaba zafarse de los lazos y faldas que le colocaban. 

Finalmente, Cale decidió intervenir. 

—Ya no pueden vestir a Kira —les dijo a las niñas con una sonrisa apenada. Ante sus caras tristes, suspiró—. Pero... ¿qué tal si las llevo a beber chocolate caliente? 

Las niñas aceptaron con entusiasmo, y el resto del día transcurrió entre risas y juegos.

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#### Entrenamiento con Lord Sullivan y Opera 

Las visitas a **Lord Sullivan** comenzaban con **fiestas de té** en las que charlaban sobre sus respectivas vidas. Sullivan solía quejarse de su trabajo. 

—El aburrimiento me persigue en cada esquina. Si escucho otra ópera más, voy a perder la cabeza... —decía con un suspiro exagerado. 

Durante una de estas reuniones, Cale mencionó que de mayor quería ser **explorador y músico**. Sullivan se quedó pensativo por un momento. 

—¿Por qué no entrenas con **Opera**? —le propuso finalmente—. Sería un honor que te ayudara. 

Cale aceptó con entusiasmo, comenzando un riguroso entrenamiento dos veces por semana. Con Opera, aprendió **artes marciales** y desarrolló una nueva habilidad especial: 

—**"Posesión espiritual"**, la llamo —explicó Cale—. Puedo absorber a Kira dentro de mí, como si fuera una pokéball. Mi aspecto no cambia, pero mi velocidad y fuerza aumentan drásticamente. 

Opera también le ayudó a perfeccionar el **control del trueno**, obligándolo a canalizar rayos hasta que se desmayara por el agotamiento. Con el tiempo, su resistencia y control aumentaron. 

A veces, Sullivan se ponía sentimental.

—Me gustaría tener un nieto propio... —decía con lágrimas en los ojos.

Opera y Cale siempre lo consolaban, llevándolo a comer o a viajar para animarlo. Con los años, ambos se encariñaron profundamente con Cale y le aseguraron: 

—Si alguna vez necesitas algo, estaremos aquí para ti.

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#### Clases de Música con Poro

Las lecciones con **Poro**, su maestro de música, fueron las más exigentes. Poro no toleraba errores y obligaba a Cale a tocar disfrazado en la calle, donde se ganó fama en la comunidad demoníaca como **"El Ladrón de Almas"** por su forma cautivadora de tocar. 

Con el tiempo, Cale pasó de tocar en la calle a dar pequeños conciertos y eventualmente presentaciones a gran escala. Poro le exigía que no se estancara en un solo instrumento, así que tuvo que aprender **guitarra, piano, batería y bajo**. Kira siempre estaba a su lado, corrigiendo sus errores en tiempo real con gruñidos o gestos de aprobación.

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#### Encuentro con Blanca

Un día, mientras tocaba en la calle, algo captó su atención. Desde su máscara, vio una pequeña figura flotando en un callejón. Sintió una **conexión especial**, similar a la que tenía con Kira. Dejó de tocar y se acercó al callejón, pero la figura desapareció. 

Regresó a su música, y pronto vio que la criatura **asomaba la cabeza por encima de la pared**. Era un hada pequeña, con cabello azul y puntas moradas. Llevaba un **sombrero entre sus cuernos** y un vestido con colores navideños.

Cale tocó hasta que sus dedos se agotaron y se dejó caer contra la pared, observando el cielo nocturno. La pequeña hada flotó hacia él, mirándolo con curiosidad. 

—¿Quieres acariciarla? —le susurró Kira desde su interior. 

Cale extendió su mano lentamente y rozó la mejilla del hada. Ella no detectó malicia en él y, confiada, se dejó acariciar.

Después de unos minutos, Cale habló en voz baja: 

—¿Te gustaría hacer un **contrato** conmigo? —le preguntó con suavidad—. Serías parte de mi familia. Nos encanta la música, ¿te gustaría acompañarnos a conciertos y tocar canciones nuevas? 

Sacó a Kira de su alma, quien apareció a su lado. 

—Este es Kira, mi mejor amigo. Puedes jugar con él siempre que quieras. Nunca más estarás sola.

El hada permaneció en silencio unos instantes, con la mano en la barbilla, pensativa. Luego flotó hacia Cale y, con una leve sonrisa, asintió. 

—**Tu nombre será Blanca** —anunció.

En ese instante, Cale sintió un **dolor agudo en el pecho**. Más intenso que antes. El cansancio lo venció, y se desmayó. Cuando despertó, Kira estaba en posición defensiva, vigilando el entorno. 

—Tranquilo, amigo —murmuró Cale mientras recogía con cuidado al hada, que dormía profundamente en su regazo.

Con Kira a su lado y su violín a la espalda, Cale se dirigió hacia casa, con una nueva compañera y una nueva historia por contar.