Chapter 56: Elizabeth ; Revelación
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"Tras muchos años, finalmente regresa Kaynlith," susurró la Vice Alcaldesa, su voz cargada de una mezcla de emocion y nostalgia. A pesar de que parecía tener solo un par de años más que él, había una profundidad en su mirada que denotaba una historia compartida llena de complicaciones. Ella habló en un tono bajo, como si temiera que el eco de sus palabras pudiera atraer la atención de los demás que transitaban por los pasillos del Palacio.
"Sí, Elizabeth, veo que has crecido algo en todo este tiempo," comentó Allen con un sarcasmo que ocultaba su propia incomodidad. Caminaba a su lado, sintiendo la tensión en el aire, y notando cómo el pasado se cernía sobre ellos como una sombra.
"Sí, he crecido algo. Veo que sigues siendo el mismo de siempre," respondió Elizabeth, su tono más serio de lo que él esperaba. "Aunque bueno, vayamos a la oficina del Alcalde, que te está esperando." Su mirada tenía una frialdad que contrastaba con la nostalgia del momento, como si estuviera recordando los viejos tiempos, pero también las heridas que aún no habían sanado.
'Ufff... mierda, por suerte llegué a tiempo; o si no, ellos... no, mejor no pienso en eso,' pensó Elizabeth, recordando a los soldados en la entrada y sintiendo un ligero escalofrío al ver a Allen tan calmado, como si el caos a su alrededor no lo afectara en absoluto.
Al llegar a la oficina, ambos ingresaron. El ambiente era austero pero elegante, con muebles oscuros y una gran mesa de madera en el centro. Allí los esperaba el Alcalde de Bucarest, Nicușor Dan, un hombre de mediana edad que irradiaba autoridad.
"Veo que finalmente has regresado. Es un placer verte de nuevo, Kayn, o prefieres Allen?" dijo Nicușor al momento en que ambos tomaron asiento, su voz resonando con un tono amistoso pero profesional.
"Cualquiera está bien. Cuestión, iré directo al asunto. Te agradezco por la aprobación de dejar que filmemos la serie en la ciudad y los alrededores, aunque hay un pequeño dato curioso que me llamó la atención," respondió Allen, su mente enfocándose en la razón principal de su visita. Era crucial para él que todo saliera bien, y el hecho de estar en la oficina del Alcalde le provocaba una mezcla de ansiedad y determinación.
"Es sobre por qué aceptamos la filmación luego de rechazarla tantas veces. Es simple, eres tú. Estábamos esperando a que finalmente decidieras aparecer. Si no, lo más probable es que nunca hubiéramos aceptado," explicó el Alcalde, dejando claro que su regreso había sido esperado y que había un interés genuino en su trabajo.
Allen asintió, comprendiendo la implicación de sus palabras. "Con más razón debo agradecerlo, ya que si no, se hubieran complicado mucho mis planes y hubiera sido mucho más tedioso," dijo, sintiendo una ligera presión levantarse de sus hombros. La carga de la incertidumbre comenzaba a desvanecerse, al menos en parte.
"Entiendo tus palabras, pero a mí no es a quien debes agradecer. La que realmente estuvo anticipando tu regreso y aprobó todo en el momento que supo de tu participación fue ella," habló el Alcalde, señalando con la mirada a Elizabeth, quien mantenía un rostro serio mientras sus pensamientos parecían perderse en un mar de recuerdos.
"¿Qué? ¿Acaso...?" Allen empezó a entender a lo que se refería, el asombro llenando su voz.
"Sí, ella fue quien específicamente estuvo esperando tu regreso y participación en esta serie. Ella sabía que volverías, pero bueno," explicó el Alcalde con una leve sonrisa, mostrando su aprecio por Elizabeth, quien había demostrado ser extremadamente capaz a una edad tan temprana. Al ver a Elizabeth tan callada y seria, el Alcalde se levantó de su asiento.
Sabía que tenían muchas cosas de las que hablar y que tenía otros asuntos pendientes. 'Aunque bueno... es un alivio ver que aquel joven está sano y salvo,' pensó antes de salir por la puerta, dejando a Allen y Elizabeth a solas.
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El ambiente en la oficina se tornó silencioso, cargado de una tensión palpable. Ninguno de los dos hablaba, y los ojos celestes de Elizabeth estaban fijos en Allen, como si intentara desentrañar los secretos que él ocultaba tras su mirada.
Finalmente, tras un momento que se sintió eterno, Elizabeth rompió el silencio. "¿No vas a decir nada?"
"..." Allen solo agachó la mirada, sintiéndose culpable e incapaz de encontrar las palabras adecuadas. El peso del silencio era abrumador, y la presión en su pecho aumentaba. Elizabeth se levantó de su asiento, acercándose a él mientras continuaba hablando, su voz tensa. "Dijiste que te ibas a ir solo unos meses... pero desapareciste por dos años, Allen. Estuve esperando tu regreso todo este tiempo. Intenté contactarte, pero era extremadamente difícil hacerlo, aún más por cómo actúas sin llamar la atención."
"...Yo..." murmuró Allen, su voz apenas un susurro, pero no pudo terminar. Las palabras se le atoraban en la garganta, como si el peso de su ausencia fuera un ladrillo que lo aplastaba.
"¡¿Acaso todo el tiempo que pasamos juntos no te importó?! ¡¿Te habías olvidado de mí?! ¡¿De nuestros recuerdos?! Eres un imbécil, hermano!" Gritó Elizabeth, su voz resonando en la oficina, llena de dolor y frustración. La bofetada que le dio en el rostro fue un acto impulsivo, pero cargado de emociones reprimidas, y Allen no hizo nada para evitarlo.
"...". La sensación de dolor en su mejilla era nada comparado con la herida profunda que sentía en su corazón. Se quedó en silencio, sintiendo que el vacío que había dejado en su vida se hacía más evidente.
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