Chapter 57: Lagrimas; Unica familia
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Al darse cuenta de lo que había hecho por el impulso, generado por los sentimientos que había estado guardando todos estos años, día tras día, noche tras noche, Elizabeth sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Un dolor punzante invadió su pecho, y una pequeña lágrima resbaló por su mejilla mientras se disculpaba: "Perdón, Allen, esa no era mi intención. Me sobresalté... pero... habla, ¿es que acaso sucedió algo? ¿Por qué motivo desapareciste todo este tiempo? Necesito saber, quiero saber, hermano."
"... Pues... mírame a los ojos," dijo Allen, su voz firme mientras la miraba directamente a los ojos, sin titubear. Elizabeth escuchó sus palabras y se acercó a él, sentándose a su lado. Sus ojos celestes se encontraron con aquellos oscuros que parecían haber perdido cierto brillo, reflejando un pasado cargado de dolor y soledad.
Elizabeth, sintiéndose impulsada por una necesidad incontrolable de conectarse con él, se acercó más y tocó su frente con la de él, un gesto que hablaba de la intimidad y la complicidad que siempre habían compartido.
"... Ya los perdí a todos... eso es lo que pasó..." dijo Allen finalmente, cerrando los ojos como si intentara bloquear el peso de sus recuerdos.
'!!'
Elizabeth se sorprendió al oír esas palabras. Entendió perfectamente a qué se refería, y un dolor punzante, demasiado fuerte, la golpeó en el pecho. Las lágrimas comenzaron a caer de su rostro, fluyendo libremente mientras abrazaba a Allen con fuerza, como si a través de ese abrazo pudiera salvarlo de su sufrimiento.
Allen correspondió al abrazo, sintiendo una mezcla de alivio y tristeza. Era un abrazo que había extrañado durante mucho tiempo, un refugio que lo reconfortaba en medio de su caos interno. Para Elizabeth, el momento era un bálsamo para su alma; ella también había extrañado a su hermano, y a diferencia de muchos, sabía exactamente por todo lo que había sufrido Allen.
'Sé muy bien que las palabras no funcionarán, pero al menos déjame abrazarte así... Pero... ¿por qué siempre eres tú quien sufre? ¡MALDITA SEA!' pensó Elizabeth, apretando su abrazo de manera inconsciente, como si su fuerza pudiera eliminar todo el dolor acumulado.
"Cálmate, está bien. Tú sabes muy bien cómo soy," habló Allen, notando claramente la ira que sentía. Era más que obvio que ella odiaba su sufrimiento, pero también sabía que algunas cosas eran inevitables.
Elizabeth suspiró, tratando de calmarse mientras seguía en su abrazo. Finalmente, habló:"... Si... lo sé, es por eso que ahora que has vuelto no dejaré que te apartes de mi lado."
"¿Qué planeas?" preguntó Allen, curioso al respecto y sintiéndose un poco más aliviado al ver la determinación en su hermana.
"No, no, ¿tú qué planeas?, con todo esto de una serie y demás. Creando una cuenta en las redes y todo," dijo Elizabeth, limpiándose las lágrimas de su rostro y recalcando ese hecho, aunque ya tenía una idea, quería confirmarlo.
"Pues simplemente quiero producir una serie, además..." respondió Allen brevemente, sintiendo que la conversación empezaba a tomar un rumbo más ligero.
"¿Además qué...?" instó Elizabeth, su curiosidad despertando.
"Ella está relacionada, voy a cumplir lo que le prometí," dijo finalmente Allen mientras la miraba a los ojos, la seriedad de su voz regresando.
"... ya veo, así que es por Jenna Ortega. Aunque bueno, entiendo. Tienes mi apoyo, pero dime, ¿cuánto tiempo estarás en Rumanía? Si me dices que te vas pronto, te mato, con todo respeto y cariño, claro," comentó Elizabeth, acariciando su cabello oscuro con una bella sonrisa, tratando de aligerar el ambiente.
Allen pensó un poco antes de responder: "Calculo que aproximadamente un año. Estaré viajando entre ciudades por la filmación y demás en el transcurso del tiempo."
"Ya veo, interesante, jejeje. Es tiempo más que suficiente para que me pueda organizar bien," dijo Elizabeth, su mente ya comenzando a trazar planes para aprovechar al máximo el tiempo que tendría con su hermano.
"Oye, ojito con hacer travesuras, rusa malcriada," comentó Allen con leve burla, viendo su rostro iluminado por la diversión. A lo cual ella le pellizcó la nariz, diciendo: "Oye, ¿qué te pasa? Además, tú eres igual de tonto, solo que más precavido."
"Mm, bueno, tienes razón en eso. No puedo argumentar nada contra eso," dijo Allen con una sonrisa irónica. Era uno de los parecidos que ambos tenían, la mezcla de seriedad y diversión que los había unido desde pequeños. Así continuaron charlando entre ellos, compartiendo recuerdos del pasado, recordando momentos vividos juntos con risas y un ambiente cálido. La conexión que alguna vez había estado rota comenzaba a reconstruirse, y cada historia compartida era un ladrillo en ese puente hacia el futuro.
Elizabeth recordó algo importante, algo que había estado esperando todo este tiempo para mostrarle. Se alejó de Allen y buscó un archivo en el escritorio. Tras encontrarlo, se sentó nuevamente en su regazo y dijo: "Por cierto, hermano, mira... recuerda llamarme Elizabeth Reinoel."
"¿Qué?! ¿Cambiastes tu apellido? Pero... ¿por qué?" preguntó Allen sorprendido, leyendo el archivo que confirmaba que su hermana había dejado de lado su antiguo apellido ruso, Morozova, para registrarse con su apellido.
"Tonto, eres mi única familia, mi querido hermano. Y para recordarte, hace dos años, cuando apenas cumplí 18 años, decidí cambiarme a tu apellido, Reinoel," explicó Elizabeth con una gran sonrisa en su rostro, iluminando su expresión.
Allen se quedó en silencio, sintiendo que las palabras de su hermana resonaban en su corazón. Era un gesto que simbolizaba algo más que un simple cambio de nombre; era un vínculo renovado, una promesa de estar juntos en las buenas y en las malas.
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